· La exposición constante a altos niveles de sonido puede provocar pérdida progresiva de audición, dolores de cabeza, alteraciones del estado de ánimo e incluso problemas cardiovasculares.
Baja California, 29 de abril de 2025.- La contaminación sonora generada por vuelos nocturnos que sobrevuelan áreas densamente pobladas de Tijuana ha encendido la alerta entre especialistas ambientales, quienes recomiendan a las autoridades aeronáuticas hacer cumplir las regulaciones que prohíben a las aeronaves girar sobre la ciudad durante la noche. Estas maniobras deben realizarse cuando sobrevuelan el mar.
El ingeniero bioquímico José Carmelo Zavala, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX), advirtió que el ruido excesivo provocado por las turbinas de los aviones puede tener efectos nocivos para la salud física y mental de la población. “El sonido puede ser una armonía, puede ser agradable como el rumor del mar o el viento en el bosque; pero también puede ser fuerte, violento, molesto. Y cuando hablamos de 120 decibeles, como los que generan las turbinas, ya estamos en niveles que pueden causar daño”, explicó.
Aunque el aeropuerto de Tijuana se encuentra dentro de una mancha urbana extensa, el experto en temas ambientales, aseguró que existen mecanismos para mitigar el impacto sonoro. Uno de ellos es el diseño de las rutas aéreas que, por normatividad, deben considerar despegues en dirección al mar para evitar que las aeronaves giren sobre zonas habitadas. Sin embargo, “en muchas ocasiones lo hacen, y giran sobre la ciudad. No está permitido, no debe ser”, denunció.
El problema se agrava durante la noche, cuando los llamados “vuelos tecolotes” —que permiten a los pasajeros viajar mientras el resto de la población duerme— despegan desde Tijuana y alteran el descanso de miles de personas. “El descanso es fundamental para la salud mental, para el equilibrio emocional. El ruido urbano altera eso. Si ya de por sí hay un ruido de fondo constante en la ciudad, sumarle el paso de aeronaves durante la madrugada puede generar desde insomnio hasta estrés crónico”, advirtió Zavala Álvarez, egresado del Programa LEAD por El Colegio de México.
A diferencia de Tijuana, en San Diego —ciudad vecina al norte— se prohibieron los vuelos nocturnos gracias a la presión de los residentes cercanos al aeropuerto. El ingeniero bioquímico consideró que un modelo similar podría replicarse en Baja California, sin frenar el desarrollo económico ni la conectividad aérea. “No estamos en contra del turismo ni del crecimiento del aeropuerto. Lo que pedimos es que se ajusten a la normatividad nacional y se proteja la salud de quienes viven aquí”, subrayó.
De acuerdo con el especialista, el ruido ambiental no solo se relaciona con molestias pasajeras, sino con efectos crónicos. La exposición constante a altos niveles de sonido puede provocar pérdida progresiva de audición, dolores de cabeza, alteraciones del estado de ánimo e incluso problemas cardiovasculares. “Es como cuando usas audífonos a alto volumen durante mucho tiempo. No te das cuenta, pero vas perdiendo capacidad auditiva de forma irreversible. Lo mismo sucede con el ruido ambiental: es un daño silencioso y progresivo”, explicó.
El llamado desde el CIGAMX a los tres niveles de Gobierno es para que se implementen mecanismos de control y monitoreo del tráfico aéreo. “Debe haber un seguimiento estricto. Si las rutas establecen que los giros deben hacerse sobre el mar, entonces debe cumplirse. No es un tema menor. Estamos hablando de salud pública”, concluyó Zavala.
En Tijuana el número de vuelos nocturnos continúa en aumento debido a la creciente demanda que genera la conexión con el Cross Border Xpress (CBX) y el atractivo logístico del aeropuerto internacional de Tijuana y la contaminación acústica crece al mismo ritmo que el incumplimiento de las regulaciones.